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Había voces que ya lo advertían: a medida que los salarios mínimos fuesen acercándose a los salarios medios, existía una mayor probabilidad de que desapareciesen las exenciones, y así parece que será.

Ayer, tras la aprobación de la nueva subida del SMI (1.184 euros en 14 pagas), se confirmó que los trabajadores que cobren el salario mínimo interprofesional empezarán a tributar a este impuesto. No obstante, la medida afectará a uno de cada cinco contribuyentes en la práctica.

Quién pagará IRPF

Según cálculos de La Vanguardia, no obstante, tras la rebaja para las rentas medias y bajas, la mayoría de trabajadores con SMI seguirán sin tributar, pero hay casi medio millón de personas (solteros, sin cargas) que empezarán a tributar desde este 2025.

De este modo, tras la confirmación por parte del Ministerio de Hacienda de que no habrá modificaciones en el mínimo exento del IRPF, el Gobierno firma una de sus medidas más impopulares.

Ayer, en declaraciones, la propia ministra Yolanda Diaz afirmaba: “La justicia fiscal empieza por arriba y no por abajo”, puesto que la postura de Hacienda choca, frontalmente, con la que ha mantenido el Ministerio de Trabajo en los últimos meses. Díaz ha expresado su descontento, señalando que se enteró de la medida a través de la prensa.

La diputada de Sumar, Aina Vidal, ha mantenido una critica similar hacia la ministra Maria Jesús Montero, sin entender por qué no se ha ajustado el mínimo exento. En el calor del momento, Vidal ha asegurado que «Montero va a tener que rectificar» y ha acusado a Hacienda de favorecer a los rentistas en lugar de a los trabajadores con salarios más bajos.

Impacto fiscal

Desde el año 2018, el SMI ha experimentado un aumento del 61 %, alcanzando en 2024 los 16.576 euros anuales. Si bien el Gobierno defiende que esta subida ha beneficiado a millones de trabajadores, el hecho de que una parte de ellos deba tributar por primera vez el IRPF ha abierto un debate sobre el impacto real de la medida.

Hacienda argumenta que la carga fiscal seguirá siendo baja para la mayoría de los perceptores del SMI, y que el incremento salarial tiene un efecto positivo en la economía. No obstante, el hecho de que una parte de los trabajadores más vulnerables tenga que tributar ha generado críticas dentro del propio Ejecutivo y los sindicatos.

En este sentido, hace unas semanas, Cinco Días señalaba cómo «el IRPF (por la propia naturaleza del tipo impositivo) contiene una anomalía técnica que dispara el tipo marginal en determinadas circunstancias para los contribuyentes con rentas más bajas», como ya comentamos en este medio también.

A favor, no nos coge por sorpresa tras varias semanas de dudas. En asuntos de Estado, la falta de noticias no suele traducirse en buenas noticias. Además, ya existían indicios sobre el objetivo de que el SMI quedase sujeto a IRPF.

Es cierto: la tributación por IRPF limita el impacto positivo de la medida, pero también marca una línea necesaria para algunos economistas, que consideran que tras los aumentos constantes de salario, la tributación del IRPF pretende limitar el achatamiento de la base de contribuyentes. Así, Jon González comentaba en X: «Hay un 2,5 % de población que paga el 41,5 % del impuesto al IRPF».

La relación de esta noticia con las subidas en frío del IRPF español para cumplir con los compromisos fiscales con la UE queda para otro debate, si bien las cifras son claras: en 2024, supuso más de la mitad de los aumentos de impuestos en el país. Lo confirmaba El Confidencial. Aquí, la tributación del SMI puede encontrar el mayor escollo para una rectificación.

Fuente:PYA

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